Agrandamiento de la próstata: de los síntomas al diagnóstico

Agrandamiento de la próstata

A partir de los 50 años, dos de cada tres hombres sufren problemas urinarios relacionados con la hiperplasia benigna de próstata (HBP). Con la edad, este aumento natural del volumen de la próstata puede tener graves consecuencias en la vida cotidiana. ¿Cuáles son los síntomas? ¿Cuándo se debe consultar?

«Tengo la próstata», pasados los 50 años muchos hombres emplean esta expresión para significar que tienen dificultades para orinar. Estos trastornos urinarios suelen deberse a una hipertrofia benigna de la próstata. Aunque los síntomas pueden variar de un paciente a otro, es importante consultar a un médico en cuanto comienzan las molestias o utilisar prolibidox salcobrand.

 

Diagnóstico de los síntomas de agrandamiento de la próstata

La hiperplasia prostática benigna se caracteriza siempre por un cambio en la forma de orinar. «Me cuesta orinar», «siento la necesidad de orinar más a menudo», «me cuesta aguantar» o «tengo pérdidas», son las quejas de los hombres que sufren de la próstata. Cuando el volumen de la próstata aumenta, comprime las vías urinarias y puede causar problemas. Los médicos los llaman TUBA, que significa Trastornos del Tracto Urinario Inferior, que incluye la vejiga, la uretra y la próstata. En general, hay dos tipos de síntomas:

Adenoma de próstata: síntomas, diagnóstico y evolución

Los trastornos urinarios irritativos, los más comunes, se caracterizan por la frecuencia urinaria, es decir, el aumento de la necesidad de ir al baño. El paciente orina con mucha más frecuencia y puede despertarse varias veces durante la noche. También les resulta difícil aguantar. Estos trastornos suelen ser el motivo de consulta porque la calidad de vida del paciente se está deteriorando;
Trastornos urinarios obstructivos, cuyo síntoma principal es la disuria, es decir, la disminución de la fuerza del chorro de orina. El paciente también tiene dificultades para orinar debido al estrechamiento de la uretra. La micción suele ir seguida de una sensación de «vaciado incompleto»: el paciente sigue teniendo ganas de orinar, y la parte inferior suele estar húmeda con gotas o pérdidas retrasadas. Pero a veces, cuando la próstata es muy grande, el paciente no puede orinar en absoluto. Esto se conoce como retención urinaria, una complicación que afecta al 5% de los casos.

Pero para algunos, el adenoma (o hipertrofia prostática benigna) no tiene consecuencias patológicas.

En contra de la creencia popular, la gravedad de los trastornos urinarios no está relacionada con el tamaño de la próstata. Mientras que algunos pacientes con trastornos urinarios tienen una próstata de tamaño normal, otros tienen una próstata grande pero no tienen ningún trastorno. Sea cual sea su situación, es usted quien debe sentir cuándo le molesta algún problema. Pero en cuanto afecte a su calidad de vida, debe buscar ayuda.

Agrandamiento de la próstata

Agrandamiento de la próstata y HBP: un diagnóstico relativamente sencillo

El primer paso es, por supuesto, ponerse en contacto con su médico de cabecera, que puede remitirle a un urólogo. El primer examen consiste en una entrevista y un tacto rectal. El interrogatorio permite medir el impacto de los problemas en la calidad de vida del paciente. Adopta la forma de un autocuestionario denominado I-PSS (International Prostate Symptom Score). Esto se repetirá en cada visita para medir la eficacia del tratamiento. Si es posible, es aconsejable llevar un calendario miccional antes de la visita, para que el médico pueda evaluar mejor la gravedad de los problemas. La segunda parte, muy temida, consiste en un examen rectal digital, que permite al médico palpar la próstata con el dedo a través de la pared del recto. El tacto rectal tiene dos finalidades: medir el volumen de la próstata y descartar un cáncer. Es desagradable pero no doloroso. Tras interrogarle y examinarle, el médico o urólogo le informará de las conclusiones de este primer examen. Este es también el momento de hacer cualquier pregunta que pueda tener. Al final de la consulta, el médico o urólogo le explicará en qué consistirán las pruebas adicionales.

HBP: Pruebas adicionales

Tras la primera consulta, el médico de cabecera o el urólogo prescribirá tres pruebas adicionales:

El ECBU o examen citobacteriológico urinario, este análisis de orina permite descartar infecciones urinarias;
La ecografía de las vías urinarias permite visualizar la próstata, la vejiga y los riñones. Los resultados de esta ecografía permiten encontrar un tratamiento adaptado a los problemas del paciente o proponer una intervención quirúrgica si es necesario;
El análisis de sangre está diseñado para medir el nivel de PSA (antígeno prostático específico) con el fin de descartar el cáncer de próstata.
Tras estos tres exámenes, el paciente consulta al urólogo una segunda vez, generalmente un mes después de la primera consulta. A continuación, se plantean tres soluciones en función del paciente. Se puede proponer una simple monitorización si el paciente no experimenta ninguna molestia en particular. La medicación puede ser suficiente para aliviar al paciente si los problemas afectan a su vida diaria. Si es necesario, el urólogo puede proponer una intervención quirúrgica.

Vincenzo Franchina

Experto en salud corporal, padre de tres hijos. Ha dedicado toda su vida al estudio de soluciones naturales para mejorar la salud y prevenir enfermedades. Lleva más de 20 años escribiendo artículos de salud en www.Sneaking.es